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Scania a GNC: ¿Anda lo mismo que un díesel?

Nos subimos al volante del Scania G410 a GNC para contarte las diferencias frente a uno gasolero ¿Pierde potencia o rinde más?

Scania GNC

Sentados en la butaca principal de este G 410 nos encontramos con el instrumental más básico (no tiene la gran pantalla configurable en el centro), ya que se trata de una versión con menor equipamiento que el R 540 que ya probamos (VER ACÁ). De todas formas, no hace baches significativos y, gracias a la producción modular de Scania, se puede tener esta configuración 6×2 con cabina R y una mayor dotación de… todo.

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Enganchamos una cisterna vacía de dos ejes (unas 7 toneladas), nos acomodamos, giramos la llave y la sorpresa se hace presente: no existen vibraciones y el clásico “clakeo” del diésel desaparece por completo. Es un naftero, claro, y la diferencia se nota muchísimo. Para tener una idea, la reducción de nivel de ruido es de 3 dB (decibeles) comparado con uno diésel. Esto considerando que el dB es una unidad logarítmica, tiene un impacto sustancial equivalente a una reducción apreciable del 50% en materia de sonoridad. Notable.

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Como ya es costumbre monta la transmisión automatizada Opticruise de 12 marchas más dos superlentas, con el nuevo comando que permite aplicar el retarder manual o automáticamente. Un plus a la hora de manejar en caminos sinuosos o montaña. Ponemos D y sale en segunda, muy sigiloso, volando bajito, con un pedal dócil. La entrega de potencia es muy suave.

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En la primera impresión pareciera que no empuja, pero en realidad es al revés: el motor empieza a entregar su potencial debajo de lo normal, por lo que la curva de torque empieza a ser plana por debajo de las 1.000 rpm. No tiene ese empujón que suele sentirse en un turbodiésel. En absoluto. Busca la serenidad sin perder un ápice de rendimiento.

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Si se lo pone frente al block gasolero de 410 caballos las diferencias prácticamente no existen: la calcada potencia máxima se entrega a 1.900 rpm, poseen las mismas transmisiones y ejes de tracción, la cilindrada no varía, y solo el torque es apenas inferior, 2.100 contra 2.000 pero a similares revoluciones. ¿En qué se traduce esta igualdad? Desde el punto de vista práctico y de manejo no es necesario modificar la forma de conducción respecto a uno convencional.

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Dependiendo de la configuración del chasis y los depósitos empleados, la variación de peso respecto del diésel oscila entre los 400 y 500 kg, siendo el GNC más pesado. Un punto levemente en contra para el impulsado a gas que gracias a los neumáticos superanchos y la suspensión neumática en el eje delantero revierte lo antes dicho: además del confort que ofrece, puede cargar legalmente con 8 toneladas. Todo se compensa.

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La llegada del GNC al transporte augura una clara ventaja en materia de costos operativos respecto de un diésel. ¿Por qué es tan beneficioso? Se dice que hay un 30%, otros un 40% y hasta un 50% de reducción frente al gasoil en misma operación, pero no es concretamente cierto. Las características pueden variar según la carga a transportar, la topografía, configuración del chasis y, como siempre, la mano del chofer. “Tenemos tres camiones funcionando en la flota de demostración y estamos comprobando que tenemos un 40% de ahorro en los costos en la mayoría de los casos, lo cual es sustancial”, afirmó Julián Rosso, Jefe de Ingeniería de Ventas de Scania Argentina.

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Esta gama denominada Green Efficiency es una gran novedad para el transporte sustentable, ya que el gas reduce en un 20% las emisiones de dióxido de carbono, y de hasta un 90% si se lo utiliz con biogás.

¿Existe un punto en contra a la hora de apostar a un camión a GNC? Se puede decir que si, y es la inversión inicial. Son más caros que los equivalentes diésel: dependiendo de la configuración, el valor final es entre un 30 y 35 por ciento. ¿En cuánto tiempo estimado se recupera la inversión? Típicamente oscila entre 2 y 3 años, dependiendo de la cantidad de km recorridos anualmente.

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Hay que invertir fuerte, claro está. Pero este Scania G 410 6×2 a GNC está a la altura de un diésel para idéntica aplicación. Ofrece el mismo rendimiento y prestaciones, y reduce considerablemente los consumos y la sonoridad emitida. El mito de que “el gas es para la concina” no estaría aplicando a este camión de la marca sueca.

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