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Análisis: KYC Mamut a GNC ¿Qué tan bueno resulta un minitruck a gas?

Luego de su presentación y pruebas en campo publicadas por la marca, nos subimos durante unas horas al Mamut a GNC. Primeras impresiones.

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El Mamut a GNC es un minitruck lanzado en Argentina fines de 2019 que llegó de la mano de la marca china KYC para agrandar la propuesta de su importador FAMLy (representante de marca como Lifan) y del mercado, cada vez más consciente de la eficiencia de estos “camioncitos” para el reparto urbano.

Con el e-commerce como bandera y millones de envíos a nivel nacional desde el comienzo de la pandemia, muchos empleados que perdieron su puesto en una empresa o dueños que tuvieron que cerrar su PyME por las restricciones sanitarias, apostaron a este fenómeno: reparto de mercaderías urbanas.

Claro que en la mayoría de los casos esta labor comenzó como algo para salir del paso, para sobrevivir el día a día hasta que el COVID-19 cesara. Pero con el correr del tiempo encontraron una nueva forma de ganarse la vida por la gran demanda que forjaron los sitios de compra on line como Mercado Libre.

Hay quienes empezaron con su auto particular, otros pasaron por un furgón, y mucho renovaron su flota con los minitrucks, esos utilitarios chinos donde lo que más importa es el espacio de carga y la rentabilidad de quien lo compre.

También muchas empresas comenzaron a darle un lugar en su flota, sobre todo por su diminuto tamaño para circular en plena urbe congestionada pero con una caja con baranda volcable muy amplia o bien los llamados Box, dotados de una caja paquetera. ¿Cuánto cargan? Hasta 1.800 kg.

Dentro de este nicho en crecimiento y con una buena aceptación local, encontramos a KYC, fabricante asiático especialista en este tipo de herramienta de trabajo. Y más allá de las diferencias que se pueden encontrar entre los modelos de similar porte, que son realmente pocas, éste hace la diferencia.

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Hablamos del Mamut a GNC, un producto desarrollado 100% en China que suma un equipo a gas de origen nacional instalado por la propia marca y con garantía de fábrica que no altera la original impuesta por KC, que es de 3 años o 100.000 km.

Características del Mamut a GNC

Antes de explayarnos sobre su andar, practicidad y los pros y contras, bien vale repasar las características principales del Mamut a GNC, que en esta oportunidad la gente de FAMLy nos prestó amablemente una tarde para comprobar todo lo bueno que mencionaron al momento de su lanzamiento.

La unidad era de flota, es decir, pasó por varias manos y clientes que hicieron un test drive antes que nosotros. Esto quizás, le juega en contra a las terminales, pero nosotros creemos que es lo mejor para comprobar su estado general después de varios kilómetros a cuestas.

La configuración que pasó por nuestras manos es una cabina simple, también llamada pick up, con caja de carga con barandas volcables. ¿Medidas? Largo de 3,2 metros, casi 1,7 de ancho y 36 cm de alto. Más que lógicas y suficientes si tenemos en cuenta que una placa de durlock estándar, por ejemplo, mide un máximo de 2,4 metros de largo.

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La misma cuenta con el clásico sistema rebatible individual (aunque si se sueltan los laterales el portón posterior se cae), con ganchos que aportan amortiguación para facilitar su manipulación y que, de paso, son de buena manufactura. Ojo, las hojas son más pesadas de lo que parecen.

En este espacio se encuentra un piso de acero sin cobertor ni pintura antideslizante (ningún minitruck lo ofrece). Tampoco ganchos de sujeción interna: tiene 12 en total, 6 en cada lateral, pero externos, ubicados en la parte baja de la caja. No es la mejor opción.

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A nivel equipamiento el Mamut a GNC ofrece algunas cositas extra respecto de la competencia, que a esta altura debería ser de serie en todo utilitario. A saber: levantavidrios eléctricos, cierre central a distancia desde la llave (que es tipo navaja), aire acondicionado con recirculador, buen equipo de audio con radio, USB/AUX, luces diurnas de LED y ópticas con tulipa (se le puede poner xenón o LED y no perder el haz de luz).

Claro que parece escueta la cosa, pero es más de lo que se pide en este tipo de producto. Por el lado de la seguridad, la ley dice que no son obligatorios los airbags ni control de estabilidad. Sí ofrece ABS, cinturones de tres puntos y la extraña tercera luz de freno.

¿Por qué a GNC?

Respuesta sencilla: por el ahorro que hay frente a otros combustibles. Hasta el momento, no llegó desde China un solo minitruck diésel (políticas internas de ése país), y tampoco sería una opción rentable debido a la enorme brecha de precio del gasoil común, que vale prácticamente el doble que el gas.

Entonces, estamos frente a un modelo naftero pero con equipo de GNC. Parece sencillo pero hay más novedades, ya que el sistema completo y cilindro de gas fue homologado e instalado por Tomasetto Achille en argentina. Además, esto no afecta la garantía de la parte mecánica.

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El motor naftero es de origen Sokon. Se trata de un 1.5, 16 válvulas con distribución a cadena, menor costo de mantenimiento,  que entrega 108 CV, 143 Nm de torque y que pese a ser Euro 5 funciona con nafta Súper de 92 octanos. La caja manual de quinta, por su parte, envía la tracción al eje tarsero, como todo minitruck.

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Hasta ahí, todo normal. Es por eso que el secreto del Mamut a GNC radica en su sistema de inyección doble, es decir, cuando se lo utilizada a gas, un leve porcentaje de nafta se mezcla en la admisión para mejorar la combustión. Claramente, esta programación fue desarrollada y mapeada junto a Tomasetto Achille.

En total son 4 litros (tanque de 45) por cada carga completa de GNC que evitan perder potencia, enfriando la cámara de combustión y elevando la vida útil de las válvulas. Pero ojo: ¿Qué pasa si nos quedamos sin nafta? Si se queda sin combustible andando a gas, se para el motor.   

Con el equipo de quinta generación se instala un “tubo” de 25 m3 (pesa 210 kg de peso, por lo que se reduce la capacidad de carga) el cual se llena con unos 1.000 pesos aproximadamente. A esto hay que sumar los 4 litros de nafta Súper, unos 400 pesos más, que el usuario se ve obligado a pagar.

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Con estos 1.400 pesos en promedio, el Mamut a GNC puede recorrer con carga unos 250 kilómetros en tránsito urbano, dependiendo siempre de las condiciones y de cómo se pise el acelerador.

Al volante del Mamut a GNC

Cuando abrimos la puerta del Mamut a GNC nos encontramos con un interior muy elaborado si lo comparamos con otros minitrucks. No descolla en calidad, tampoco en diseño, pero es más de lo que estamos acostumbrados a ver. Todo está tapizado y, al menos, no se ve parte de la chapa del chasis. Bien por KYC.

A la presentación más que lógica y agradable en doble tonalidad, nos topamos con la clásica posición de manejo: elevada, con el motor y la suspensión debajo, sin regulación de volante y con muy poco espacio.

¿Es una crítica? Sí, pero de esto se trata. Así es la naturaleza de los minitrucks, donde la capacidad de carga y volumen es más importante que quienes la transporten. Solo los que mantengan una contextura asiática podrán manejarlo sin tantas complicaciones.

Como todo vehículo a gas moderno, arranca a nafta y luego se pasa automáticamente a gas (obvio, se puede usar solo a nafta). El pasaje es casi imperceptible. No tanto los ruidos del motor o del electro que prende constantemente. Al menos la temperatura no pasa por el asiento como en otros modelos.

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Ponemos primera y el vástago está a mano y el pasaje es liviano, con recorridos marcados pero con una atendencia a “buscar” las marchas impares (las de abajo). Girando se notan la dureza de la suspensiones, a ballestas en ambos ejes. Duras sin carga, bastante más “light” con peso en la caja.

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Al ser un bloque naftero y a gas, es difícil de encontrar el torque. Para eso, los cambios son muy cortos, pegados desde la primera a la quinta. A 2.000 rpm ya se pide el cambio siguiente, tanto que en una cuadra podemos llegar a 40 km/h en cuarta marcha.

Muy liviana dirección, asistida eléctricamente, con un radio de giro acotado. Bien por KYC al instalar un volante similar a un auto convencional, de buen grip y empuñadura.

Si salimos de la urbe y encaramos, por ejemplo, General Paz, el Mamut a GNC no se va sentir en su zona de confort.  A más de 80 km/h se siente mucho la rumorosidad del motor adentro de la cabina (como en todo minitruck) y la estabilidad comienza a perderse. Es apto para escapadas, no para unir CABA/Rosario.

En líneas generales, es una herramienta de trabajo hecha y derecha para repartos en ciudad, muy versátil por su caja (se lo puede cargar de cualquier ángulo con un clarck), y al tener gas de lo más rentable para el bolsillo del usuario.

A un precio final de 3.143.000 de pesos (noviembre 2021), al que hay que sumarle 120.000 pesos más IVA del cilindro de gas e instalación, y con la mencionada garantía de 3 años o 100.000 km para el modelo importado de China y el equipo a gas nacional, el KYC Mamut a GNC ofrece dos importantes ventajas: rentabilidad y practicidad para repartos en la urbe.

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