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Willeme WR8, el camión más rápido de los ’50 que se volvió “tester” de neumáticos

Fabricado a pedido de Michelin para probar sus neumáticos, el Willeme WR8 tenía un motor de 8 cilindros, 240 HP, un diseño singular y varias piezas de autos.

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El Willeme WR8 es uno de los tantos camiones de la vieja escuela que dejaron su granito de arena en el nicho del transporte, ya sea por su diseño, prestaciones, capacidad de carga, incursión en equipamientos de confort o seguridad, o la versatilidad de su chasis.

En particular, el Willeme y WR8 mantuvo varias de estas características, logrando autodenominarse como el camión más rápido de su época, sin dejar de lado su aporte a la aerodinámica y a la robustez innata de un chasis que fue desarrollado para un vehículo que combatiera en conflictos bélicos.

La historia del Willeme WR8

Willeme comenzó su historia en Francia justo después de la Primera Guerra Mundial, reparando camiones militares que quedaron como restos de guerra al final del conflicto. A lo largo de los años, trabajó en varios modelos y camiones especiales para el transporte de cargas extrapesadas y divisibles.

Pero fue en 1958 cuando presentó al mundo el camión más curioso producido hasta el momento y del que sólo se produjo una sola unidad a pedido. La misma fue encargada por el fabricante de neumáticos Michelin, la cual mantenía una serie de requisitos especiales para que el Willeme WR8 se convirtiera en “tester de neumáticos”.

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Uno de ellos era logar transportar cargas con normalidad, pero con una aerodinámica mejorada y que pudiera superar ampliamente los 100 km/h, todo un hito para un camión de la década del ‘50. Es por eso que no resulta extraño que el diseño del Willeme WR8 se asemeje a la cabina de un avión. La inspiración fue la misma: obtener el máximo coeficiente aerodinámico.

Oficialmente llamado Willeme-Michelin WR8 Tipo LD 910, el camión mantenía un capot muy largo y estrecho, sin guardabarros y una cabina muy sellada e inclinada. Teilhol fue la empresa responsable del desarrollo y utilizó piezas de automóviles para acelerar la producción, como el parabrisas que era de un Citroën DS.

La carrocería, más estrecha que la tradicional, llevaba una carga de lastre hecha de barras de acero para garantizar un peso adecuado, ya que dentro de la cabina además del conductor había lugar para un científico, que se encargaba de analizar los datos de rendimiento del camión y los neumáticos.

Willeme WR8, el camión más veloz de su época

Según la empresa, bajo el largo capot se encontraba un motor de 8 cilindros en línea y 18 litros alimentado por nafta. La potencia que entregaba este bloque era de 240 HP a 1.900 rpm, y era controlada por una transmisión manual de seis velocidades.

Con este conjunto, el camión Willeme WR8 podía alcanzar los 150 km/h sin problemas. De esta forma, fue posible evaluar neumáticos a diferentes velocidades, así como en diferentes condiciones de uso. Además, al aumentar o reducir la carga, especialmente en el eje delantero, fue posible medir la respuesta y el comportamiento de los cauchos fabricados por Michelin.

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El camión permaneció activo hasta la década del ’80, y se sabe que recorrió miles y miles de kilómetros en la pista de pruebas de Michelin en Ladoux, en la región francesa de Clermont-Ferrand. Luego de más de 30 años de servicio, pasó a retiro.

Afortunadamente, Michelin inició un proceso de restauración para el camión en 2005, por lo que hoy funciona a la perfección y participa en eventos de la industria del automóvil en toda Europa. Por el lado de Willeme, la empresa ya no existe, y solo quedan algunos modelos en manos de coleccionistas.

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