Volkswagen Worker 17.220, a 5 años de su despedida

Asegurarse la obtención de una herramienta con capacidad para cubrir las necesidades y que mantenga un costo de mantenimiento bajo es lo que todo negocio dedicado al transporte necesita. La tipografía del país y sus largas rutas permiten que un camión de baja tara y potencia intermedia lo recorra de punta a punta. Y es por eso que el segmento de los semipesados es el más concurrido y el de mayores cifras de venta en Argentina. Una categoría que priorizó reducir los costos adquiriendo camiones que promediaban los 200 caballos (hoy esa cifra se elevó bastante…), y que sean utilizables para una extensa variedad de aplicaciones.

Conjugar todas estas características es el desafío que deben enfrentar los grandes fabricantes. Volkswagen se encuadró a principios del nuevo siglo en este nicho gracias a su Worker 17.220. Un producto que entregaba más de 200 caballos, 17 toneladas de peso bruto máximo admisible, y hasta 35 toneladas de capacidad de tracción. Números que lo consagraron como uno de los camiones ideales para el transporte de corta y media distancia.

Desde su presentación en la región, allá por 2003, la gama Worker llegó con una cabina avanzada, algo poco común dentro de su categoría. Su versatilidad fue uno de los principales atractivos que llamaron la atención de los transportistas, con capacidades técnicas y un amplio abanico de potencias, junto a diferentes configuraciones de chasis y tracción. Pero fue la variante de 220 caballos la que mayor éxito tuvo.

Una marca, una gama, un motor
La base del propulsor de este Worker fue la misma que utilizó el Constellation 19.320. Se trataba de un “seis en línea” Euro 3 desarrollado por Cummins de 8.3 litros, un cubicaje que se ubicaba por encima de la media dentro del segmento, donde la principal competencia no superaba los 6 litros. Dentro del segmento de los semipesados de hasta 17 toneladas, el 17.220 fue hasta su último día el único camión que mantuvo un sistema de inyección mecánica.

Esta configuración resultó para muchos usuarios una ventaja, ya que los costos de mantenimiento se veían claramente reducidos frente a una motorización electrónica, y todo chofer podía “meterle mano” en caso de algún imprevisto. A contramano, la electrónica en los camiones posibilitó conectarle una computadora a la ECU de la unidad y saber en segundos cuáles son las fallas. Un plus con el que la ingeniería “mecánica” no llegó a contar.

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Este block de origen americano erogaba una potencia máxima de 218 caballos, a 2.200 rpm, mientras que su torque era el más alto entre los modelos referentes, con 873 Nm a 1.400 rpm. La transmisión, por su parte, respondía a una Eaton de seis marchas sincronizadas, no así la reversa, con un vástago largo a mano del usuario y un escalonamiento preciso.

Su punto más alto se ubicaba cerca de las 1.500 rpm, escala en la que comenzaba a entregar todo su potencial. Algo alto teniendo en cuenta su cilindrada, que superaba en más de 1,5 litros a sus rivales directos.
Concebido para ser configurado y adaptado para diversas aplicaciones, el 17.220 mantenía un chasis reforzado de 6 metros de largo por 2,50 metros de ancho en la variante tractor, y hasta 8,6 metros de longitud en configuración chasis con 4,8 metros de distancia entre ejes.

A pesar del paso del tiempo y sus años a cuestas, conservó siempre la cabina avanzada que lo vio nacer, con algunas modificaciones que alteraron su imagen, como el paragolpes y guardabarros. El ingreso fue una de sus virtudes, gracias al tamaño de la puerta y la distribución del habitáculo, que resultaba uno de los más pequeños y bajos. Sin embargo, la suspensión de la cabina desentonaba con el conjunto, ya que siempre fue demasiado áspera. La terminación en general aprobaba, con plásticos duros y comandos legibles y cerca del conductor, mientras que la visibilidad se encontraba entre las mejores, con un amplio parabrisas y pilares que no se entrometían.

La gama Worker dejó de ofrecerse por completo, pese a que se adaptó a Euro 5 con los modelos motorizados por MAN en variantes 15.190 y 17.230, por las cabinas Constellatión, más confortable y modernas.

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