El motor más confiable del mundo: más de 3 millones de kilómetros sin cambiar piezas

El motor más confiable dentro del mundo de los pesados es hoy una pieza de museo. Sí, tal y como leíste ya no cumple servicio dentro de una empresa de transporte sino que se convirtió en sinónimo de durabilidad y confiabilidad al estar bajo uno de los techos más importantes de Suecia: el Museo Volvo.

Este asombroso testimonio de confiabilidad y rendimiento mecánico fue durante 10 años el corazón de un vehículo de transporte de pasajeros que supo recorrer la ruta de Ciudad de México a Ciudad Juárez y nunca sufrió una reparación, en el país centroamericano.

Se trata del motor más confiable del mundo fabricado por Volvo Trucks en su planta de Brasil: el DH12. Perteneciente a un bus Serie 9700 de la empresa mexicana Omnibus de México, se convertió en una pieza histórica tras recorrer una distancia que superó los 3.3 millones de kilómetros, unas 83 vueltas a la luna, sin abrir el motor ni reparar piezas esenciales tales como sistema de inyección y bombas de lubricación o refrigeración.

A pesar del desgaste esperado por el uso intensivo durante de más de 15 horas al día, el motor mantuvo un funcionamiento impecable, lo que lo llevó a ser retirado de servicio en 2019 y trasladado al prestigioso museo sueco.

Hoy, este ejemplar bautizado por la propia compañía como el motor más confiable del mundo de los pesados es una de las atracciones destacadas del Museo Volvo, donde se exhibe junto a una placa que lo describe como «uno de los motores con mayor kilometraje en la historia de los productos Volvo».

Este reconocimiento no solo resalta la calidad de la ingeniería de la marca sueca, sino que de acuerdo a las opiniones de choferes en las redes sociales, señalaron la importancia de un mantenimiento adecuado para alcanzar una longevidad excepcional.

Volvo D12, el motor más confiable del mundo del transporte

El lanzamiento del motor más confiable, el D12, en 1993 supuso una verdadera revolución. Al evento acudieron periodistas especialistas de todo el mundo para ser parte de la revelación de la nueva generación de camiones. Pero hubo algo que llamó especialmente la atención de los profesionales.

«Los periodistas quedaron impactados por el motor D12. Algunos de ellos me dijeron que estábamos diez años por delante de todos en Europa. Para empezar, logramos anticipar los estándares de emisión que ni siquiera existían en ese momento, mejoramos considerablemente la calidad de la culata, y agregamos la dirección electrónica y el freno de motor de Volvo que habíamos desarrollado», afirmó Göran Nyholm, que tuvo un papel importante en el desarrollo del motor.

Estas soluciones eran inéditas en Europa, pero Estados Unidos tenía algo de experiencia. Al inicio del proyecto de D12, cuando se planificaron las nuevas funciones a finales de los 80, la falta de experiencia europea generó algunos desafíos, reveló Nyholm.

«Especialmente la tapa de cilindros, que pasaba a ser más larga, era muy difícil de moldear de la manera correcta. Como se puede imaginar, los recovecos y los espacios del cilindro real estaban ajustados. Lo intentamos una y otra vez, pero no pudimos hacerlo bien», asegura Nyholm.

Sin embargo, rendirse no era una opción. En su lugar, el equipo hizo las maletas y viajó al sitio de Cummins, un socio de Volvo, en EE.UU. Allí se produjeron tanto la dirección electrónica como el nuevo modelo de tapa de cilindros superior.

Esta nueva tapa larga ofreció mayor calidad en términos de cambio óptimo de gas y combustión. Además de la dirección eléctrica, las características contribuyeron al éxito instantáneo del Volvo FH, el primer modelo de la marca en tenerlo.

Desde el principio, D12 se desarrolló especialmente para los camiones FH, pero a finales de los ‘90, se introdujo el motor en otras áreas de productos dentro de Volvo, como Volvo Penta y los buses, pasando a denominarse en estos últimos como DH12.