Guardado en un museo: así está hoy el primer Mercedes-Benz 1624 que se lanzó al mercado
El Mercedes-Benz 1624 NG fabricado en la década de los ’70 es un camión clásico en todo sentido. Y esta pieza de museo lo demuestra en todo sentido.
Clásicos si lo hay, el Mercedes-Benz 1624 es un camión que los choferes de la vieja escuela recordarán, si bien en algunas partes del mundo aún se pueden ver unidades cumpliendo una jornada de trabajo. Nada mal para un modelo que se presentó en 1973, es decir, hace más de cincuenta años.
Una de las primeras unidades fabricadas por la marca alemana aún conserva un estado único y se encuentra en el fantástico museo de Daimler, donde el Mercedes-Benz 1624 se expone en el quinto piso como una verdadera pieza histórica del mundo el transporte.
Mercedes-Benz 1624 NG, el padre del Atego se convierte en una pieza de museo
El nombre de este pabellón del Museo Mercedes-Benz lo dice todo. Cada modelo cuenta una historia sorprendente, emocionante o un detrás de escena que nadie conocía. En esta ocasión, el protagonista es un camión portacoches (cigüeña o mosquito, dependiendo el país) que se aloja en la “Sala de Colección 2”, justo en la galería de transportistas.
El Mercedes-Benz 1624 pertenece a la llamada “nueva generación” de camiones pesados y medianos mejor conocida como NG en la mayoría de los mercados. Esta generación se fabricó entre 1973 y 1988 con interesante cifras de ventas.
El camión equipaba un motor diésel de origen Daimler de seis cilindros en línea y 12,8 litros que generaba 177 kW, uno 240 caballos de potencia. Esto hacía que el Mercedes-Benz 1624 sea adecuado para muchas tareas logísticas, sobre todo por su amplia gama de versiones diferentes. Actualmente, el Atego sería su fiel heredero.
Si hablamos del modelo en particular, la carrocería con la que se benefició con sus montantes verticales, sus travesaños y sus plataformas de carga parece muy estable. Pero de ningún modo está inmóvil. Los distintos elementos de las plataformas de carga se pueden subir, bajar e inclinar. Esto era necesario para cargar vehículos de diferentes tamaños en dos niveles.
En los transportadores actuales, numerosos elementos hidráulicos realizan estos movimientos, que para un operador experimentado parecen un ballet mecánico. Sin embargo, esta pieza del museo tiene un accionamiento híbrido: la energía se genera a través de un sistema hidráulico central y cables de acero la transmiten a los puntos deseados a través de poleas guía y polines. Una verdadera ingeniería.
Pero lo más extraño es cómo el Mercedes-Benz 1624 fascina a los visitantes del museo simplemente por su tamaño. ¿Cómo es posible que un vehículo tan grande y pesado en un espacio tan luminoso esté a cinco pisos sobre el nivel de la calle? Esto es gracias a la construcción del Museo Mercedes-Benz y a la logística integrada.
En total esta parte de la exposición está compuesta por cinco vehículos, ya que además del propio camión portacoches, hay cuatro autos Mercedes-Benz. Esta carga pesa alrededor de 6 toneladas pero si se enganchara la otra parte del remolque, el Mercedes-Benz 1624 podría transportar hasta diez unidades en total.
Para los que gustan de los vehículos de la marca, el camión lleva a bordo dos auténticos hitos: un Mercedes-Benz 230 E y un 280 CE de la serie 123. Estos son los últimos modelos sedán y coupé de esta generación de gama media-alta de Mercedes-Benz que salen de la línea de producción.
Además, el Mercedes-Benz 1624 portacoches también lleva en su estructura un 380 SEL y un 500 SEC de la serie 126, así como una berlina y un coupé, respectivamente. Ambos forman parte de la tradición de la Clase S.