Clásicos: Berliet T100, un titán de 700 CV
Diseñado en principio para equipar una plataforma simple de carga o un volquete, también se podía utilizar como unidad tractora para acoplarse a semirremolques de hasta 90 toneladas de carga útil.
En pleno apogeo de la explotación de los yacimientos de petróleo en el desierto del Sahara (territorio de lo que hoy es Argelia), la marca francesa Berliet se involucró a mediados de los años ’50 en el desarrollo del mayor camión conocido hasta ese momento. El Berliet T100 fue propuesto por el presidente de la compañía, Paul Berliet, para que, además de contar con una óptima movilidad sobre una superficie prácticamente intransitable como eran las dunas, tuviera la capacidad de cargar más de 60 toneladas. La construcción de la primera unidad se inició en enero de 1957 y finalizó en octubre del mismo año.
Bautizado como “Gigante del Desierto”, se presentó al público en el Salón de París y sus dimensiones causaron asombro a más de un millón de visitantes. Su longitud era 13,3 metros, con un ancho de 4,96 metros (no cabía en un carril normal) y solo sus neumáticos (provistos por Michelin), tenían un diámetro de 2,2 metros y un peso de casi una tonelada cada uno. La altura total del camión era de 4,43 metros, por lo que para subir a la cabina se precisaba una escalera. El interior, era bastante amplio, con espacio para cinco personas y detalles significativos, como una protección total para que no penetrara el polvo del desierto.
Mecánicamente, estaba equipado con una unidad Cummins diésel de 12 cilindros en V a 60º, con una cilindrada total de 28 litros y que podía desarrollar hasta 700 CV de potencia a 1.800 rpm. En el desarrollo de la potencia ayudaban dos turbocompresores, uno para cada grupo de seis cilindros; en tanto que la autonomía estaba asegurada con dos depósitos de 950 litros.
Para transmitir la potencia contaba con tres ejes motrices (tenía tracción total en las seis ruedas), con una caja de cambios Clark de cuatro velocidades hacía delante y cuatro hacia atrás que, junto con la caja transfer, pesaba unas 2,5 toneladas. El vehículo podía alcanzar los 60 km/h como velocidad máxima y cada rueda tenía un gran disco de freno comandado por una central hidráulica. También contaba con un motor auxiliar Panhard GM15 que se encargaba del control del sistema hidráulico de la dirección y de los frenos en caso de rotura del motor principal, y podría remolcar al camión hasta un lugar de reparación en caso de percances en medio del desierto.

Diseñado en principio para equipar una plataforma simple de carga, un volquete o como unidad tractora (para acoplarse a semirremolques de hasta 90 toneladas de carga útil), finalmente se fabricaron tres unidades del Berliet T100.