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Un reconocido fabricante prueba su primer vehículo autónomo: cómo es y qué ofrece

En asociación con la empresa WeRide, la marca francesa busca dar un paso más hacia el transporte sustentable en las ciudades con este particular vehículo autónomo.

El vehículo autónomo es la otra puerta al futuro próximo, ese que continúa después de que los sustentables –los que se desprenden del combustible fósil–, para ofrecer una conducción no solo 100% amigable con el medioambiente sino más segura para los ocupantes, si bien aún resta desarrollar aún más esta tecnología.

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Es por eso que los grandes fabricantes como el Grupo Renault optaron por abordar la estrategia a futuro apostando al vehículo autónomo en los próximos años, separando claramente las expectativas de los autos individuales de las necesidades del transporte público.

Para los vehículos particulares, la marca del rombo ya ofrece asistencias a la conducción de primer nivel en la mayoría de sus modelos, proporcionando comodidad y seguridad, y espera alcanzar una mayor automatización de algunas funciones con el objetivo de lograr una autonomía total del vehículo a futuro.

En lo que respecta al transporte público, la compañía pretende ser un actor real en la movilidad sostenible y autónoma. Para ello, el Grupo está desarrollando una plataforma de minibus eléctrica, robotizada y preequipada que albergará diversas soluciones de automatización de socios especializados.

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Es por eso que en los experimentos que se llevan a cabo desde hace varios años y otros que están a punto de anunciarse participa WeRide, el experto mundial que aporta lo suyo para este vehículo autónomo, con una primera demostración de transporte público en condiciones reales durante Roland-Garros 2024, el reconocido torneo de tenis francés.

El vehículo autónomo, una solución necesaria para el transporte público

Según los expertos, más de 400 grandes ciudades europeas se convertirán progresivamente en zonas de bajas emisiones, aunque seguirán teniendo que garantizar la movilidad de sus poblaciones.

Convencido de las ventajas del transporte público sobre la base de un vehículo autónomo, el Grupo Renault lleva varios años realizando pruebas para definir la mejor respuesta a las necesidades de las autoridades locales, como el “proyecto Mach 2” anunciado en 2023, que a partir de 2026 contará con una flota de minibuses eléctricos automatizados integrados en la red de transporte público de Chateauroux Metropole (Francia).

En última instancia, estas pruebas llevarán al Grupo Renault a ofrecer una plataforma de minibús eléctrico robotizado basada en el Nuevo Renault Master, capaz de integrar soluciones de automatización de socios especializados como EasyMile, Milla y WeRide.

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Este minibús como vehículo autónomo, más flexible, podrá operar 24 horas al día, 7 días a la semana con total seguridad y será una alternativa cero emisiones o un complemento eficiente a las soluciones existentes (tren, tranvía, autobús) en términos de costos y emisiones.

La estrategia de vehículos autónomos del Grupo Renault

Existe un consenso internacional en torno a 6 niveles de «conducción automatizada y autónoma», que van desde el nivel L0 sin ningún tipo de asistencia a la conducción, hasta el nivel L5, el nivel máximo en el que el vehículo sería totalmente autónomo, en todas las situaciones y sin ningún tipo de asistencia humana a bordo.

En el caso de los vehículos individuales, el Grupo Renault concentra sus esfuerzos en el nivel L2 o incluso L2+, con varias ayudas a la conducción que se encuentran en el nivel superior del mercado y hacen que sus vehículos sean seguros y agradables de conducir con confianza, como el control de crucero activo, el asistente de mantenimiento de carril, o próximamente la función de adelantamiento automático. Aunque esté asistido, el conductor sigue siendo responsable del vehículo.

Pero también existe una importante brecha de complejidad tecnológica entre el nivel de automatización L2 y el nivel de autonomía L3, porque el vehículo debe poder operar de forma segura en entornos complejos con una supervisión limitada del conductor. En esta etapa, el costo inducido que deben soportar los clientes, en relación con los beneficios de conducción, haría que la demanda fuera insuficiente por el momento.