En líneas generales, no presenta innovaciones de diseño ni se muestra con diferenciales a la hora de hilar fino. Es agradable pero resulta, sobre todas las cosas, sumamente versátil al momento de reemplazar cualquiera sea la autoparte o pieza mecánica. Esa fue la premisa de Isuzu: un producto global que apueste a la tecnología del “know how” para hacer las cosas simples y duraderas.

La cabina presenta una modularidad acorde a la media del segmento. No deslumbra en cuanto a modernización, pero la calidad de materiales percibida da fe de los 7 años de garantía. Correcta dotación de portaobjetos con respaldo de la butaca central reclinable que nos deja una especie de mesita para apoyar, por ejemplo, las hojas con los pedidos y entregas a clientes. En este espacio se ubican dos ocupantes, que van cómodos gracias al mullido del butacón.

La habitabilidad es otro punto en el que la marca hizo foco. El chofer más dos colaboradores a la hora de carga y descarga irán seguros y con espacio suficiente. La posición de manejo es correcta, ya que el volante permite ser regulado en altura, no así en profundidad. La butaca también se ubica bien abajo, y solo reprochamos el tapizado de pana, algo caluroso. Preferimos un tapizado de tela o bien de ecocuero, que resulta más fácil de lavar.

El encargado de impulsar a este contendiente del segmento liviano es un cuatro cilindros en un envase de 5.2 litros, un cubicaje nunca antes visto dentro del nicho al que pertenece. Esta diferencial cilindrada, junto a un sistema de inyección directa common rail y turbocompresor, hacen que el NPR 75 erogue 153 caballos junto a un torque de 42 kgm (unos 412 Nm) a partir de las 1.500 rpm. Vale mencionar que este propulsor aún responde a la norma Euro 4, sin la necesidad de utilizar urea o un sistema EGR con filtro de partículas. Acoplado a una caja de 6 marchas, el conjunto está muy bien hermanado.

La capacidad neta de carga del NRP 75 es de casi 5 toneladas y, además de esta configuración K de 4,95 metros de largo carrozable (6,63 metros totales), la marca ofrece la variante L de chasis largo que alcanza los 5,67 metros y aumenta la distancia entre ejes en 360 mm. A su vez, la baja tara (2.700 kg) lo convierten en un verdadero “liviano” para aplicaciones en las grandes urbes. Desde la marca, afirman que entre las unidades ya comercializadas, el mayor porcentaje se utiliza para cargas generales, si bien hay casos donde se implementaron hidrogrua, frigorífico y plancha para transporte de vehículos.

Con la llave puesta en el tambor, y luego de investigar cada sector de este NPR 75, llegó el momento de subirse y dar los primeros giros. Ubicarse al volante de este Isuzu resultó una acción por demás sencilla. El peldaño, cubierto y protegido por la puerta, la amplia manija ubicada en el parante, la apertura a 90° de la puerta y un piso bajo permiten sentarse frente al volante en una sola maniobra. Pulgar arriba.

Arranque rápido y sin grande tironeos. En marcha el 4KH1 resulta bastante sigiloso, y apenas se perciben vibraciones dentro de la cabina. Cargados con casi 4.000 kg de envases, comenzamos nuestra breve incursión en el mundo del reparto de urbano de bebidas. A mano, el comando de la transmisión es algo pequeño pero de recorridos marcados. Al igual que en un Hino Serie 300 (principal competidor también de origen japonés) las marchas impares se sitúan debajo, mientras que las pares van de arriba. Cuesta acostumbrase, pero es algo que lleva pocos días hasta que el cerebro se automatiza y sabe lo que tiene que hacer.

Con carga las suspensiones responden mejor de lo que esperábamos, siendo que el esquema a ballestas parabólicas se presenta en ambos ejes. Lo contrario ocurrió cuando retornamos al depósito sin carga, con un andar más duro. Aquí una suspensión neumática o hidráulica de la butaca del conductor sería la solución confortable para quienes pasen horas al mando del NPR 75. La dirección también es otro punto a destacar, con la asistencia hidráulica justa y un diámetro de giro que facilita las maniobras en calles angostas.

Mala nota para el instrumental, anticuado, rústico y sin ordenador de a bordo (el display integrado solo informa del kilometraje y dos parciales). Sin embargo, el tamaño de la serigrafía y los relojes resultan legibles desde todos los ángulos y a toda hora. Algo similar ocurre con los espejos: son de generoso tamaño y permiten visualizar casi todo a nuestras espaladas, pero por tratarse de un vehículo de neto corte urbano un espejo bipartido con angular sería de gran ayuda. Bien por el accionar de los frenos –a campana en ambos ejes– y del freno motor, que se activa mediante el brazo derecho detrás del volante.

Para adquirir este eficiente camión, Isuzu Argentina y Banco Santander Río firmaron un convenio con el propósito de que más interesados puedan acceder a la compra de un NPR 75. Un producto de peso ya se ofrece en el mercado. Con precios accesibles, completo equipamiento de serie y un plus a nivel garantía y confiabilidad, el Isuzu NPR 75 llegó para hacer “horas extras”.