Ford y la pick up que no pudo ser: por qué y dónde está
La marca de lujo de Ford fabricó una pick up muy prometedora que terminó fracasando. Por qué, dónde está y datos impensados.
Se habla mucho de la Ranger, F-150 y del auge de la Maverick. Sin embargo, hace poco más de 20 años, Ford y su marca de lujo Lincoln intentaron revolucionar el mercado de las pick ups con una propuesta que no terminó de convencer a nadie, más allá de ser ambiciosa. Lincoln Blackwood, el nombre en cuestión.
Esta camioneta prometía llevar el concepto de pick up a un nivel de lujo nunca antes visto, pero fracasó estrepitosamente en su intento. De la gran expectativa a la nada. Qué sucedió, por qué y dónde se encuentran las unidades.
Inspirados por el éxito del Lincoln Navigator a finales de los años 90, la marca de lujo de Ford quiso trasladar ese concepto a una pick up premium. Así nació la Blackwood, un modelo que fue presentado por primera vez como prototipo en el Salón de Detroit de 1999, y que, a priori, tuvo un alto nivel de aceptación.
El objetivo por parte de la firma norteamericana era claro: ofrecer una camioneta para un cliente exigente, que ya tenía una Ford F-150 para el trabajo pesado, pero buscaba algo mucho más refinado y cómodo para el día a día. El problema radicó en llevar ese concepto a la realidad. ¿Por qué? Porque resultó ser mucho más complejo de lo que Lincoln preveía.
Diseño único, pero poco funcional
El mayor distintivo de la Lincoln Blackwood residía en su caja de carga, que, en lugar de ser abierta y práctica como en cualquier pick up, presentaba una especie de baúl cubierto con apertura eléctrica desde la llave o mediante un botón interno. A esto se sumaba una tapa con doble puerta, similar al sistema que hoy usa la Fiat Toro.

Aunque la estructura general sorprendía por su originalidad, desde el inicio fue un problema. De hecho, las complejidades del sistema hicieron que la producción se retrasara debido a problemas con los proveedores, lo que afectó el lanzamiento y el posterior arribo a los concesionarios.
Por dentro, la caja de carga de la Lincoln Blackwood estaba 100% alfombrada y revestida en aluminio pulido, con iluminación LED, algo verdaderamente excéntrico para una pick up de trabajo. A pesar de sus 740 litros de capacidad, la falta de funcionalidad frente a una caja tradicional fue uno de los puntos más criticados.
La Ford F-150 de lujo que no convenció
Bajo su apariencia sofisticada, la Blackwood no era más que una Ford F-150 de décima generación, con el mismo chasis y muchas piezas compartidas. Es decir, lucía mucho mas moderna de lo que era, teniendo en cuenta su año de fabricación. La compañía, además, trabajó para darle una suspensión más cómoda, con resortes en el eje trasero, y un diseño frontal que recordaba al Navigator.
No obstante, había detalles difíciles de justificar y que, lejos de pasar inadvertidos, implicaban un inconveniente a corto y mediano plazo. Por ejemplo, todo el sector trasero de la camioneta estaba recubierto con un aplique negro que imitaba madera, algo que generó polémica y significó -así coincidían muchos- un desacierto estético.
En el interior, la pick up abundaba de lujo, tal como se podía esperar de un modelo proveniente de una marca de lujo como Lincoln: tapizados en cuero, climatizador automático, sistema de audio Premium con CD y cassette, techo solar y hasta asientos calefaccionados y ventilados.
De todos modos, la calidad de los plásticos y diversos materiales generaban cuestionamientos. No porque afectaran el andar, pero sí resonaban en un vehículo que costaría al día de hoy 80000 dólares. Era el principio del final.
Los errores que marcaron el final de la Lincoln Navigator
Si habría que hacer un top 3 de los errores que sepultaron a la Lincoln Blackwood, su tracción trasera estaría presente. A diferencia de las pick ups de lujo actuales, y hasta de su hermano Navigator, no contaba con tracción 4×4, algo ilógico e imperdonable en una camioneta norteamericana pensada para clientes premium que también buscan capacidad fuera del asfalto.
Además, el motor V8 de 5.4 litros con 300 CV y una caja automática de sólo cuatro marchas resultaba insólito. Se trataba de una combinación que no terminaba de justificar su cualidad de lujosa y mucho menos su precio.
Lincoln pensaba fabricar al menos 18000 unidades, pero luego se topó con un golpe de realidad: apenas unas 3300 Blackwood vieron la luz entre fines de 2001 y 2002, más allá de algunas que se vendieron en 2003 en México.
Dónde están las pocas Lincoln Blackwood hoy
Aunque su producción fue muy limitada, algunas unidades sobreviven en colecciones privadas o subastas en Estados Unidos y México. Se han vuelto un objeto raro y codiciado por ciertos entusiastas. Lo cierto es que es casi imposible encontrarlas en la carretera. Pese al fracaso, pudo haber implicado un aprendizaje para Ford, que aparece siempre en lo más alto de los ranking en el segmento de pick ups compacto, mediano y full size.