Ford F-1000: la historia de la pick up full size que buscó superar a la F-100
Diseñada y fabricada exclusivamente en Brasil, la Ford F-1000 fue parte de la paleta de productos de la marca del óvalo en Sudamérica durante casi 20 años.
La Ford F-1000 fue una pick up muy poco conocida para quienes no vivieron la época dorada de Brasil entre las décadas de los 80 y 90, mercado que si bien en ese momento contaba con varias plantas de terminales automotrices, tenía una destacada participación regional y se vislumbrara un futuro tan prometedor como el actual.
Esta interesante pick up fue parte del proceso de modernización de estas herramientas de trabajo, que tras la embestida de Toyota con la Xtra Cab SR5 que se hizo más famosa de lo que era por su aparición en las últimas dos películas de la exitosa trilogía Volver al Futuro (Back to the Future), se generó un cambio de paradigma en los fabricantes de camionetas.
Uno de ellos fue Ford, que tanto en el mercado norteamericano como el sudamericano apostó a las street pick ups, esos modelos que apuntaban a un público en particular que buscaba pick up personalizadas, con mayor equipamiento y potencia de sobra.
Así fue que nació la Ford F-1000, la primera pick up “full zise” (tamaño grande) regional que mantuvo una aceptación más que suficiente para los tiempos que corrías, ya que se produjo durante 19 años consecutivos.
La Ford F-1000 y sus primeros pasos en la región
El inicio de producción de la Ford F-1000 se dio en 1979. Se trató de una evolución de la F-100, ya que utilizaba el mismo chasis y misma carrocería pero con algunos cambios, como el aumento de la capacidad de carga hasta los 1.000 kg, frenos de disco delanteros servoasistidos de serie, y un panel de instrumentos diferenciador que adoptó diales circulares en lugar del velocímetro horizontal como en su hermana menor.
Esta primera generación estaba dotada del motor diésel MWM de 3.9 litros y 86 CV, es decir, la base mecánica era idéntica a la que ya usaba hace dos años la Ford F-4000, lo que llevó a suponer que sería incluso demasiado grande para una pick up con una capacidad de carga de una tonelada.
Con esta primera etapa que cubrió el éxito esperado, en 1985 se fabricó una versión inédita, personalizada por la propia Ford: la F-1000 SSS (Super Series Special). Se trató de una edición limitada a 2.000 unidades que sumaba llantas estilizadas que nunca se usarían en otra versión como elemento estándar y disponible solo en negro y marrón.
Ese mismo año se lanzó la versión F-1000A con motor 3.6 a alcohol de 6 cilindros y 115 CV, un nuevo volante de dos radios de 400 mm de diámetro, tiradores exteriores de las puertas negros y tapizado con patrón de asientos 1/3 + 2/3, que sólo se ofrecería en la línea 1986.
También anticipó los extraños tapacubos metálicos integrales (que no sobrevivirían a la línea 1987) y fue el primer modelo de la línea Ford F-1000 en utilizar la primera generación de neumáticos radiales Pirelli Scorpion en medida 215/80 R16 junto a la dirección hidráulica como elementos estándar.
Ese mismo año sumó un restyling frontal con una parrilla de plástico de cuatro faros rectangulares en sustitución de uno de aluminio y varias opciones de pintura bicolor, siendo la más famosa la combinación de negro y plata, siempre separados por una pegatina que simulaba un efecto degradado en la línea de cintura. Internamente, el tablero obtuvo un acabado acolchado y la opción de un techo corredizo extraíble se extendió a toda la línea.
Ya en la línea 19887 (se la fue actualizando constantemente), la Ford F-1000 ganó una barra de San Antonio, que era opcional, nuevas llantas de acero estilizadas que la acompañarían hasta el final de la producción de la primera generación, en 1992, junto a la luz de marcha atrás incorporada.
En la línea 1989 de la Ford F-1000, la transmisión de cinco velocidades ahora se ofrece como opción para la diésel, se suma una pintura exterior se vuelve monocromática con enormes adhesivos laterales y, la nueva característica, la opción de color «Amarillo Citrino» presentada un año antes en el Escort XR-3. ¿Algo más? Pasó a tener una ventana trasera abatible.
La Ford F-100 y su último paso por los concesionarios
En la línea 1990 también llegaron más modificaciones, como el capot y su cierre con apertura interna, unas muy bonitas llantas de 16” y la gran novedad de la mano del equipamiento de confort: el pack eléctrico con levantavidrios, espejos y cierre.
Un año más tarde, otra importantísima novedad surgía de la mano de los fanáticos que pedían mejores prestaciones. Así, la Ford F-1000 fue la primera pick up diésel turboalimentada con un propulsor que generaba 119 CV. Pero como si no fuera suficiente, en 1992 este block se rediseña y se le suman 3 CV plus, alcanzado 122 caballos.
En 1993 mantuvo un descanso de las actualizaciones, para luego un año más tarde sumar la tracción 4×4 y la opción de cabina extendida (Supercab), con 56 centímetros adicionales y un asiento trasero para tres personas. La potencia parecía seguir siendo insuficiente, razón por la cual se incorpora un motor naftero de seis cilindros en línea, 4.9 litros e inyección electrónica de 148 CV en 1995.
Para 1996, los cambios incluyeron un retoque en la apariencia, líneas más redondeadas y suaves, una parrilla más ancha, faros con luces de cruce debajo, y el moderno motor Maxion 2.5 HSD, con turbo e intercooler, para los modelos de entrada de gama y suma la serie especial “Lightning” con el motor naftero.
En su último año en el mercado, la Ford F-1000 elevó aún más la vara con la adopción del motor diésel más potente de la época: el MWM X10 de 4.3 litros y 133 CV. Ya sin éxito y ante la demanda de un chasis más moderno, la Ford F-100 finaliza su producción finaliza su producción en 1998, siendo sucedida por la F-250.