De no creer: armaron el altar de la iglesia con la cabina de un camión
Una iglesia católica fue más allá de lo que dice la Biblia y montó la cabina de un conocido camión de Mercedes-Benz para que el cura de la misa.
Entrar a una iglesia, ver al cura, el altar, las imágenes de santos que rodean las paredes, los enormes y coloridos ventanales históricos, la madera que aún se mantiene intacta a través de los años y las lámparas y candelabros de antaño que le dan ese toque extra de catolicismo puro.
Y no importa si se es creyente o no: pisar una iglesia siempre es algo gratificante, donde uno se siente igual o más protegido que en su propia casa. Si a estas sensaciones le sumamos la particularidad de un altar poco convencional para el cura y del que todo chofer o amante de las ruedas se enamorará, entonces estamos dentro de un lugar algo más que sagrado.
La historia de esta iglesia y el diseño de su altar son muy peculiares para toda persona que ingresa por primera vez. Más aún si prestan atención a todas las imágenes que rodean el espacio donde el cura da la misa y convierte en marido y mujer a la mayoría de los lugareños.
El cura, los fieles y el mejor altar del mundo
La iglesia católica del Barrio Ari Lunardi, en Santa Catarina, estado brasileño, tiene como imagen preponderante a São Cristóvão, patrón de los colonos y de los conductores. Esta conglomeración, que comenzó a formarse en la década de los ‘80, tiene muchos camioneros entre sus residentes, por lo que el santo fue elegido como patrón de la comunidad.
Cuando la iglesia estuvo lista, a principios de 1990, surgió la idea de utilizar un altar con la forma de un camión en homenaje a todos los conductores no solo de la ciudad sino también a los viajantes devotos que pasaban por la zona y se detenían en el pueblo a descansar.
La cabina fue lo más sensato en adaptar, ya que por su tamaño sería lo más lógico, si bien necesitaba algunos recortes. Al ver que todas eran inmensas para que los encargados de la misa se pararan frente a los fieles, decidieron hacer una a medida.
Se tomó como base a una cabina Serie L 1600 de Mercede-Benz, el famoso trompudo que era muy utilizado por aquellos años (Brasil ya los fabricaba en la región), y un experto en herrería se encargó de seguir a rajatabla el diseño pero la adaptó a la medidas correspondientes.
A pesar de esta iniciativa, la comunidad tuvo que insistir mucho para poder instalar el altar en formato cabina de camión, ya que el cura de la época no aprobaba inicialmente la idea. Luego de insistir, finalmente aprobó la moción y comenzó a dar misa apoyado sobre este increíble diseño.
Al principio la cabina del supuesto camión fue pintada en color rojo pero la iglesia no lo aceptaba. Tampoco los fieles de la comunidad. Por eso se decidió que el blanco era el color ideal, el cual mantiene hasta el día de hoy y por el que mucha gente que va por primera vez a la iglesia queda impresionada con el altar.
Claro que no solo el altar da cuenta que la iglesia tiene “aires camioneros”, sino que también detrás del mismo se pintaron diverso murales que representan la vida de los choferes, junto a otras representaciones que se identifican con las raíces del pueblo y, como no podía faltar, un Scania 113 en color… rojo.
Desde la iglesia también cuentan un dato muy curioso sobre la imagen de São Cristóvão que prima en su interior. La comunidad fue a comprarla a San Pablo en bus, y de regreso al pueblo los responsables tuvieron que traerla en un asiento, por lo que pagó boleto como una pasajera más. De no creer.