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“Elisa”, un proyecto de autopistas eléctricas, ya funciona en Alemania

“Elisa” es el nombre del proyecto piloto por la abreviatura en alemán de “Transporte Pesado Electrificado e Innovador por Autopista”, un experimento que concluirá en 2022.

El transporte por carretera del futuro comenzó a funcionar en Alemania, uno de los países en donde el transporte pesado por ruta tiene una mayor relevancia. La primera autopista eléctrica se conectó esta semana en un tramo de diez kilómetros entre las poblaciones de Langen y Weiterstadt, en el carril derecho de la autovía A5 de cuatro pistas que une Frankfurt con Darmstadt, en el estado de Hesse. El sistema propone una catenaria (un cableado suspendido) de dos cables a cinco metros de altura para alimentar camiones híbridos que pueden conectarse al suministro eléctrico mediante un pantógrafo retráctil situado sobre la cabina del conductor. Un segundo tramo experimental entrará en funcionamiento en breve al norte del país, en la autopista A1 que une Hamburgo y Lübeck, y un tercero más adelante al sur, en la carretera nacional B462 del estado de Baden Württemberg.

Después que se probó un modelo similar en Suecia y que se iniciaron los primeros trabajos de desarrollo en 2016, el primer tramo de autopista eléctrica alemana ya quedó oficialmente inaugurado para su uso. El Gobierno federal de Alemania destinó a esta fase experimental un presupuesto de 50 millones de euros, de los cuales 15 ya se emplearon en la puesta en marcha del primer tramo. En el caso de que las pruebas sean un éxito, se estudia la instalación de cableados en unos 4.000 kilómetros de rutas, distancia que equivale a la tercera parte del núcleo de la red de autopistas alemanas.

“Los camiones alimentados eléctricamente a través de una catenaria son una solución efectiva en el camino hacia un transporte de mercancías de efectos neutrales para el clima”, señaló un portavoz del Ministerio del Interior, quien subrayó que la tecnología está lo suficientemente madura como para iniciar el periodo de pruebas “bajo condiciones reales, en autopistas e integrado en las cadenas logísticas”.

Las críticas más duras a la iniciativa proceden del ‘lobby’ de los ferrocarriles, que considera un derroche invertir esas cantidades en rutas en vez de hacerlo en la red ferroviaria. Sin embargo, un estudio de la Oficina Federal de Medio Ambiente sobre “el aporte del tráfico al clima hasta 2050” revela que hasta esa fecha el transporte de mercancías por ferrocarril en Alemania se habrá casi triplicado, pero que el 60% de ese tipo de transporte se hará por ruta ante la saturación de las vías.

Cuatro compañías de transporte, además de la farmacéutica Merck y la cadena de supermercados Rewe, se sumaron al proyecto subvencionado en el primer tramo experimental con camiones híbridos que montan propulsores eléctricos y de gasoil. Cuando se enganchan al cableado mediante el pantógrafo, los vehículos funcionan igual que un tren y consumen directamente electricidad, a la vez que recargan sus baterías. Sus motores de combustión solo entran en funcionamiento cuando las baterías se agotan. Y ese tipo de tránsito para nada entorpece el tráfico normal, ya que su carril puede ser utilizado también por otros vehículos, aunque los camiones híbridos se vean obligados a circular en fila india.

La inversión en electrificación es positiva, pero supone algunas dudas tales como la cuantiosa infraestructura necesaria en las vías para la instalación de las catenarias o el alto costo en el precio para la compra de los camiones (especialmente si son híbridos). Vale destacar que, en este inicio del proyecto, firmas como Siemens y Scania corrieron con los gastos de los camiones.