El camión más rápido de la historia y su insuperable hazaña
Este DAF Turbo Twin se convirtió en el camión más rápido de la historia al vencer a dos autos en una hazaña que quedó grabada en la memoria de los fanáticos de las carreras.
El camión más rápido de la historia, este coloso sobre ruedas conocido como el “Rugido Imponente”, era un DAF Turbo Twin que dejó su huella en el legendario Rally Dakar. Con una potencia impresionante de 1.220 CV y una velocidad máxima que superaba los 200 km/h, se erigió como el “Fórmula 1 del desierto”, conquistando terrenos inhóspitos y desafiando la gravedad en cada tramo de la competición.
Los comienzos del camión más rápido de la historia
La epopeya comenzó en 1982 cuando el visionario neerlandés Jan De Rooy, apodado «BJ» en el Rally Dakar, decidió dar vida a su sueño de conquistar el desierto a bordo de un camión. Su empresa familiar, resurgida después de las adversidades de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el crisol de la innovación y la audacia automovilística.
Luego de experiencias iniciales en las que aprendió las complejidades del rally, De Rooy se propuso superar a los dominantes Mercedes-Benz que reinaban en la categoría de camiones. Innovador y valiente, experimentó con diseños revolucionarios, como el «Monstruo de Dos Cabezas» en 1984, un prototipo que fusionaba dos chasis y motores para alcanzar una potencia de 800 caballos. Aunque este monstruo se retiró prematuramente, sirvió como inspiración para lo que vendría a continuación.
De Rooy, con una taza de café en mano y una visión clara, concibió el DAF Turbo Twin como la evolución natural de sus experimentos. Este camión nació en 1987, construido sobre un chasis tubular y equipado con una carrocería de aluminio para mantener un peso óptimo de 11.050 kilos. Con dos motores de 6 cilindros en línea y tres turbocompresores cada uno, adquirió la mencionada potencia de más de 1.200 CV, con todo lo que esto implica.
Rugido, rendimiento y récords
El Rally Dakar de 1987 fue la culminación de años de esfuerzo y dedicación. El “Rugido Imponente” dejó en su estela a autos y motos. Aquí fue cuando consiguió la clasificación general y estableció un hito como el camión más rápido en los 45 años de historia del evento. Sin embargo, la victoria se vio empañada por la tragedia al año siguiente, cuando un fatal accidente puso fin a la era única e irrepetible.
A pesar de su trágico final, el legado del rugido imponente perdura como un testimonio de valentía, innovación y velocidad. Este camión no solo desafió las convenciones, sino que también dejó una marca imborrable al vencer a dos autos en una gesta que quedará grabada en la memoria de los amantes de las carreras como un capítulo épico en la historia del automovilismo.
Está claro que este vehículo pesado es mucho más de lo que aparenta en las imágenes. Por un lado, una historia única y que ha quedado en la historia. Por otra, el hecho de concretar lo inimaginable: un camión superando a un auto.
