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Dos camiones, 1.140 CV y una difícil tarea: transportar el avión más rápido del mundo

Hace dos décadas atrás, el famoso avión Concorde pasó de ser el más rápido del mundo a ser una pieza de museo. Dos camiones Actros se encargaron de la tarea.

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Los camiones que ocupan están nota no son para nada particulares, mucho menos la carga extrapesada que les tocó transportar. Por un lado, dos Mercedes-Benz Actros en configuraciones de ocho ejes y doble tracción con el motor más potente de la gama; por otro, el avión más rápido del mundo.

Claramente no hablamos de un avión militar, de esos que superan Mach 3 de velocidad final (poco más de 3.600 km/h, es decir, tres veces la velocidad de la luz), sino del Concorde, el avión comercial francobritánico que marcó un antes y un después por su velocidad de vuelo.

Como se sabe, el Concorde fue fabricado por en conjunto por las empresas British Aircraft Corporation (Reino Unido) y Aérospatiale (Francia) en 1969 pero que comenzó a operar comercialmente en 1976. Su particularidad era que contaba con motores a reacción con los que podía llegar a destino a mitad de tiempo que un avión convencional.

Por ejemplo, el avión logró dar la vuelta al mundo en 38 horas y 13 minutos, recorriendo un total de 47.572 km. Y pese a sus 185 toneladas de peso total (120 correspondían puramente al combustible), sus 62,13 m de largo, una envergadura de 25,56 m y una altura de 12,22 m, logró volar a 16.000 metros a una velocidad máxima de 2.179 km/h, superando levemente Mach 2.

Debido a sus cotos de producción, el pasaje que era excesivamente caro para los pasajeros regulares y un accidente que nada tuvo que ver con el Concorde (una pieza de otro avión se estrelló en su motor causando la explosión del avión y la muerte de 100 personas), se dio de baja a principios de 2003 y pasó a ser una pieza de museo.

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Los camiones Mercedes-Benz y el traslado del Concorde

El Museo del Automóvil y la Tecnología de Sinsheim, en Alemania, tiene en su preciada colección una unidad del avión comercial supersónico Concorde, que perteneció a Air France y que en 2003 viajó desde Francia al museo para formar parte de las atracciones.

El transporte de este impresionante avión se realizó en parte por agua con una gran barcaza y en parte por tierra con dos camiones. En la última etapa del viaje, fue transportado a través de 40 kilómetros de vía pública en un operativo que duró 7 horas.

Para esta operación especial se contrató a la empresa Kubler Spedition, que opera en el transporte de cargas sobredimensionadas, tales como el submarino que te mostramos hace poco. Se utilizaron dos camiones Mercedes-Benz Actros 4157 8×4 con 570 CV, que estaban acoplados a un remolque especial con eje Scheuerle.

Algunos elementos del Concorde fueron retirados para facilitar el transporte pero el ancho de carga seguía siendo de 14,5 metros. Esto suponía un problema a la hora de atravesar algunos obstáculos, por lo que el sistema hidráulico del remolque permitía una inclinación controlada para que el vehículo pudiera pasar por curvas y vallas sin quedarse atascado.

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Pese a este complicado transporte de los camiones y más de 150 toneladas (se le quitaron las alas casi por completo), en julio de 2003 llegó sano y salvo a Sinsheim, pasando a formar parte del museo y a una estrella de la colección.

Dicho museo fue abierto al público en 1981 y actualmente cuenta con más de tres mil objetos en exhibición, en un área de más de 50 mil m² entre almacenes, hangares y espacios al aire libre. Recibe más de un millón de visitantes al año y está abierto todos los días del año. Alberga algunos de los aviones más grandes jamás fabricados, como el Concorde de este artículo, y a algunos de ellos se les permite entrar.