Roadrunner, el camión gigante con 24 ruedas del que se fabricó una sola unidad
Una empresa estadounidense logró captar la atención de todos a fines de la década del ’60 con este increíble camión gigante que podía arrastrar una locomotora.
Cuando encontramos un camión gigante pululando por la web o las propias redes sociales, es inevitable que nos detengamos a verlo y a informarnos sobre esa unidad. Normalmente, son modelos de fabricantes reconocidos que salieron de la línea de montaje décadas atrás.
En algunas oportunidades encontramos una pequeña flota que alguna terminal automotriz fabricó a pedido de una compañía. En otras, algún modelo del tipo prototipo que intentó llegar a producirse en serie pero que nunca logró captar al público o bien su costo de producción era superlativo.
Pero también solemos toparnos con marcas o pequeñas empresas que desarrollaron un solo modelo, de esos particularmente únicos. Y este es el caso del camión gigante que ocupa estas páginas, propiedad de Peerless, una compañía de la que muy poco se sabe.
El único camión gigante: Peerless Roadrunner
El Roadrunner fue el primer y único camión gigante construido por Peerless en Oregón, Estados Unidos, en 1969. Fue diseñado y desarrollado exclusivamente para Bigge Drayage, que fue fundada por Henry W. Bigge como Bigge Drayage Company para aprovechar las regulaciones de transporte pesado de California.
Esta empresa data de 1916, época en la que se dedicaba a la logística y aparejo, con proyectos como el transporte de tuberías y estructuras de gran tamaño, siendo participe de la expansión y el crecimiento de los Estados Unidos al transportar vigas y pisos para la construcción de los puentes Golden Gate y Bahía de San Francisco.
Es por esta razón que Bigge Drayage necesitaba camiones de grueso calibre. Así fue que nació el Roadrunner, un camión gigante en todos los aspectos: motor brutal para la época, chasis y carrocería de origen Kenworth con el tamaño de in vagón de tren y dimensiones que lo asemejaban más a un dumper minero que a un simple camión de Clase 8 para el mercado norteamericano.
Como podrás ver, apenas existen imágenes de este camión gigante, por lo que la información es muy escasa. Lo que sí se sabe certeramente es que contaba con un motor diésel CAT 1676, el cual respondía a un esquema V8 de 11,5 litros que erogaba 340 caballos y era muy utilizado por Kenworth.
El torque máximo es un misterio, pero este afamado propulsor contaba con un diseño completamente nuevo respecto del cual reemplazaba. El CAT 1676 se introdujo por primera vez a finales de 1965 y contaba con turbocompresor, posenfriamiento y cuatro válvulas por cilindro. Pura tecnología para la época.
Este camión gigante de Peerless también era novedoso desde el apartado transmisión, ya que presentaba una caja automática Allison y ejes motrices Rockwell 4640 en la parte delantera impulsados a través de una caja de transferencia y ocho ruedas por eje. La dirección, por su parte, se comandaba mediante un chasis articulado como un cargador frontal.
Sin embargo, lo que más llamaba la atención además de su tamaño era el bogie trasero, que contaba con una suspensión de remolque Peerless con 16 ruedas y no era motriz. Esto significa que cada eje contaba con dos pares de neumáticos. Con estas características, este camión gigante arrastraba sobradamente una locomotora.
A fines de la década del ’70, el Roadrunner terminó en manos de Emmert International, una empresa especializada en transporte pesado con sede en Clackamas, estado de Oregón, que fue fundada por Terry Emmert como una empresa de reubicación de casas y pequeños edificios. Actualmente, no se sabe su paradero ni si sobrevivió al paso del tiempo.