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Así se testea el nuevo Volvo VNL a -40°C en la ruta más dura de Norteamérica

Por qué el nuevo Volvo VNL se enfrenta a -40°C antes de llegar a las rutas de los clientes.

Volvo VNL

Cuando un camión de larga distancia sale de fábrica, la confiabilidad no puede ser una promesa vacía. Por eso, Volvo Trucks North America (VTNA) lleva al nuevo VNL al límite en uno de los entornos más hostiles del planeta: Alaska. Allí, con temperaturas que llegan a -40°C, la marca busca garantizar que su producto cumpla con los más altos estándares de rendimiento, seguridad y confort en condiciones reales.

“El clima de Alaska es un desafío que ningún laboratorio puede replicar. Probamos en escenarios extremos para que nuestros clientes puedan confiar en que su Volvo responderá cuando más lo necesitan”, señaló Peter Voorhoeve, presidente de VTNA.

Alaska, el laboratorio de frío extremo de Volvo Trucks

Cada invierno, un equipo especializado de ingenieros y técnicos de Volvo recorre más de 4.800 km desde Colorado hasta Fairbanks, Alaska, para someter al VNL a un programa de pruebas intensivas. El objetivo es reproducir las condiciones más duras de operación que enfrentan los transportistas en Norteamérica.

Durante varios meses, el camión atraviesa rutas de alta montaña, tramos de autopista y escenarios urbanos de tráfico pesado. Esta combinación de pruebas en carretera permite analizar aspectos como la respuesta de la cadena cinemática, el consumo de combustible y la comodidad de la cabina, evaluando cómo el VNL se comporta en temperaturas extremas y cambios bruscos de clima.

El equipo de pruebas no trabaja solo: conductores profesionales con décadas de experiencia en el difícil terreno de Alaska participan de las pruebas diarias. Sus comentarios se combinan con datos de telemetría en tiempo real para que los ingenieros puedan ajustar parámetros clave del camión, desde la electrónica de gestión de motor hasta el aislamiento térmico de la cabina.

Volvo VNL Arctic test

Del “cold soak” a las pruebas en ruta: un test 100% real

Uno de los procedimientos más críticos es el llamado “cold soak”. Esta prueba consiste en dejar el camión estacionado al aire libre durante 12 horas, con el motor apagado, hasta que cada componente interno —desde los fluidos hasta los sistemas eléctricos— alcance temperaturas bajo cero.

El desafío llega al día siguiente, cuando los ingenieros esperan que el VNL arranque y opere de inmediato, sin fallas y con la misma respuesta que tendría en condiciones normales. Este tipo de ensayos no solo valida la confiabilidad del motor y las baterías, sino también el rendimiento de los sistemas de calefacción, los frenos neumáticos y los controles de cabina.

Voorhoeve lo explica sin rodeos: “El nuevo VNL fue diseñado para cambiar todo. Y eso incluye la forma en que probamos cada componente. Lo que aprendemos en Alaska no puede lograrse en un laboratorio; es el verdadero examen antes de que el camión llegue a manos de nuestros clientes.”

Confort, potencia y confiabilidad bajo cero

Las pruebas extremas no se limitan al desempeño mecánico. La experiencia del conductor es otro pilar que Volvo prioriza en su nuevo VNL. Durante las evaluaciones, se estudian aspectos como el aislamiento acústico, la eficacia de los sistemas de climatización y la ergonomía del puesto de conducción, incluso después de largas jornadas con temperaturas polares.

La combinación de datos técnicos y comentarios de los conductores permite perfeccionar cada detalle, desde la calibración del tren motriz hasta la respuesta del volante calefaccionado. Esto asegura que el VNL no solo sea potente y eficiente, sino también un espacio de trabajo seguro y confortable, incluso en entornos donde el clima puede ser el enemigo número uno.