Se viene el primer colectivo 100% eléctrico para el AMBA: ¿Cuál y a partir de cuándo?

En un paso significativo hacia un futuro más sostenible y tecnológicamente avanzado, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se prepara para recibir su primer colectivo 100% eléctrico y con chasis de fabricación nacional. Este hito marca un cambio trascendental en el panorama del transporte público, al mismo tiempo que representa uno de los pocos casos de un vehículo pesado sustentable.

El prototipo argentino, que ya ha superado satisfactoriamente pruebas equivalentes a 30000 kilómetros de funcionamiento, es también el resultado de cinco años de arduo trabajo y colaboración entre diversas empresas locales e internacionales. A continuación, todo lo que tenés que saber sobre el colectivo que establecerá un antes y un después.

Características más particulares del primer colectivo eléctrico

Desde su concepción hasta su desarrollo, este proyecto ha enfrentado desafíos, incluida la pandemia de coronavirus en medio del proceso. Sin embargo, el compromiso y la determinación prevalecieron para lograr una creación única.

Agrale, una empresa emblemática en el ámbito de la fabricación de vehículos, encabeza esta iniciativa junto con socios estratégicos como Equipmake, cuya experiencia en tecnología eléctrica aporta un valor inestimable al proyecto. El resultado es un colectivo con características excepcionales: un chasis diseñado y construido en Argentina, combinado con motores eléctricos de vanguardia y un software de última generación para controlar su funcionamiento.

Un colectivo bien distinto, la clave

Lo que distingue a este proyecto es su enfoque integral. No se trata simplemente de replicar modelos existentes, sino de crear una solución adaptada a las necesidades locales y globales. Trasciende, incluso, el hecho de ser 100% eléctrico y, por ende, no contaminar el medioambiente durante su funcionamiento.

Así, la autonomía del colectivo, que oscila entre 250 y 280 kilómetros con una sola carga, garantiza la eficiencia operativa necesaria para el transporte urbano diario. Además, el tiempo de recarga oscila las cuatro horas y, junto con la flexibilidad en la elección de la carrocería por parte del cliente, añade un nivel de personalización y versatilidad sin precedentes en el mercado.

Como si fuese poco, el protagonismo que adquirirá esta unidad, perteneciente a la línea 28, irá más allá de la fabricación de un solo vehículo. Representará el potencial para establecer una industria local de buses eléctricos, a partir de aprovechar la capacidad de producción existente y generar oportunidades de empleo y desarrollo económico en la región.

A pesar de los desafíos, como la competencia extranjera y la necesidad de políticas públicas favorables, el proyecto demuestra que es posible innovar y prosperar en el sector del transporte. Al fin y al cabo, en el corto plazo una sola unidad, pero podrían ser muchas más en el mediano.

¿Sólo para el AMBA o también para el interior del país?

El impacto de esta iniciativa se extiende más allá de las fronteras del AMBA. En un momento en que la sostenibilidad y la eficiencia energética son prioridades globales, Argentina se posiciona como un actor clave en la transición hacia una movilidad más limpia y responsable. Inicialmente habrá una sola unidad que recorrerá Buenos Aires, pero no se descarta que más adelante se prueben colectivos similares en otras provincias.

En síntesis, la experiencia acumulada en este proyecto puede servir de modelo para otras ciudades y países que buscan adoptar soluciones de transporte más sostenibles. Más que un vehículo, se trata de un símbolo de innovación, colaboración y visión a largo plazo.